5 claves para Mejorar la Comunicación con tus Hijos Adolescentes: Reflexiones de un Papá Psiquiatra
Ser papá de adolescentes es un reto, y como psiquiatra especializado en niños y adolescentes, a menudo escucho de los padres que se sienten desconectados de sus hijo/as. Yo mismo, como padre de dos adolescentes, he enfrentado esas mismas situaciones. Han sido muchas las ocasiones donde las respuestas a mis preguntas son solo sí o no. ¿Cómo les fue hoy?, bien. ¿Pasó algo interesante en la escuela?, no.
La adolescencia es una etapa compleja, donde buscan independencia, pero también necesitan apoyo. Para fomentar una relación sana con nuestros hijos/as, es importante mejorar la comunicación. Aquí te comparto cinco estrategias prácticas que han funcionado tanto en mi vida personal como en mi experiencia profesional.
A menudo, como padres, sentimos la necesidad de dar consejos o soluciones inmediatas, pero los adolescentes valoran ser escuchados. Practiquemos escuchar de forma plena: guardemos el teléfono, hagamos contacto visual y deja que hablen sin interrumpirlos. Si tu hijo/a comparte algo, valida sus emociones con frases como: “Entiendo por qué te sientes así” o “Eso suena difícil”. Tengamos mucho cuidado en minimizar sus sentimientos y emociones. Cosas que para nosotros pueden ser sencillas, para ellos/as son gigantestas. A veces, no necesitan respuestas; solo necesitan saber que los entendemos y estamos ahí para ellos.
Uno de los mayores errores que cometemos como padres es abordar conversaciones importantes en momentos inapropiados, como cuando ellos están cansados, molestos o distraídos. He aprendido que los mejores diálogos con mis hijos ocurren cuando estamos haciendo algo juntos: manejando, cocinando o caminando. En algunas ocasiones tendremos mejor resultado si esperamos un poco para hablar con ellos/as. Estos momentos informales suelen generar un espacio cómodo para abrirse y compartir.
Una lección que aprendí como papá es que la forma en que decimos las cosas puede ser más importante que lo que decimos. Hablar con empatía y claridad evita malentendidos. Por ejemplo, en lugar de decir: “Nunca ayudas en casa”, prueba con: “Me gustaría que me ayudaras más en casa porque es importante para todos”. Este tipo de enfoque no solo evita conflictos, sino que también enseña a nuestros hijos a comunicarse de manera respetuosa. De esta forma servimos de un marco de referencia positivo a la hora de abordar temas que son importantes.
La confianza no se regala, se gana, y para los adolescentes, esto es especialmente cierto. Cumple tus promesas, evita las reacciones exageradas y sé coherente en tus palabras y acciones. Si alguna vez rompes su confianza, como nos ha pasado a todos, reconoce el error y trabaja para repararla. Es importante repetir que como adultos somos su marco de referencia principal. Cuando los adolescentes sienten que pueden confiar en ti, se vuelven más abiertos y honestos.
Los adolescentes viven en un universo completamente diferente al nuestro, lleno de redes sociales, memes y nuevas formas de cultura. Su experiencia de crianza, en la realidad que estamos viviendo es muy distinta a la nuestra con nuestros padres o cuidadores. Como padre, intento mantenerme curioso y abierto a sus intereses. No necesitas amar su música o entender cada meme, pero mostrar interés demuestra que valoras lo que es importante para ellos. Este esfuerzo abre la puerta a una mejor conexión y conversaciones más significativas.
La comunicación con los adolescentes no es algo que se resuelva de un día para otro. Es un camino lleno de pequeños pasos, retrocesos y aprendizajes. Como papás, no necesitamos ser perfectos, pero sí presentes y consistentes. Aplicar estas cinco claves puede marcar una gran diferencia en la relación con tus hijos. Recuerda que, aunque a veces parezca que no nos escuchan, nuestras palabras y acciones dejan una huella profunda en su desarrollo emocional.
Así que respira, escucha, y sigue adelante. Ser padre de adolescentes es un desafío, pero también una de las experiencias más gratificantes que la vida nos puede dar.